El Jueves Santo marca históricamente el inicio de los días grandes de la Semana Santa. Ayer, coincidiendo con esta fecha, se celebraron en Ferrol dos de las procesiones más importantes de la ciudad. La Cofradía de las Angustias y la de Dolores fueron las protagonistas de una jornada en la que miles de cofrades recorrieron las calles a acompañando a once tronos.
Desde el Santuario de las Angustias salía a las 19.30 horas la comitiva de la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. La banda de cornetas, tambores y gaitas de la Hermandad encabezó un desfile en el que salieron a la calle cuatro tronos. El primero en aparecer fue el Jesús Nazareno tallado en 1953 por el artista local Guillermo Feal. Tras él, el Cristo de la Agonía y el Cristo Yacente cerró el desfile la imagen de Nuestra Señora de las Angustias. Recorrieron parte del barrio de Esteiro hasta llegar al centro de la ciudad para regresar por el paseo de Pablo Iglesias de nuevo a la capilla.
Caminar por los alrededores de la plaza de Amboage era prácticamente imposible a primera hora de la noche. Allí se agolpaban cientos de personas para ver la salida, a las 22.30 horas, de la procesión más larga y numerosa de todas las que se celebran en la Semana Santa Ferrolana, la del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Piedad, de la Cofradía de Dolores. Un desfile en el que participaron cerca de 1.800 cofrades, 7 pasos y 9 bandas de música y en el que la Hermandad estrenó la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo en su Prendimiento, realizada en madera de cedro y policromada al óleo por el imaginero sevillano, Fernando Murciano Abad. Además, el trono sobre el que procesionó también es nuevo. Se trata de un paso de color negro con cuatro capillas y todo ornamentado en plata sobredorada realizado en los talleres de Ramón Orovio de la Torre, en Ciudad Real. Otra de las novedades de esta procesión estuvo en el trono del Cristo Redentor que este año incluyó la imagen de San Juan Evangelista y la Virgen de la Amargura, que cambió su manto negro del Lunes Santo por uno morado.
Lo que no varió un año más fue el canto que la Brilat y todos los presentes rindieron al término de la procesión a la Virgen de la Piedad y al Cristo de la Misericordia, minutos antes de su recogida. En este momento fue cuando se vivieron los momentos más emotivos del desfile.
Además, y cumpliendo de nuevo con la tradición, ayer mientras la cabeza de la procesión empezaba a recogerse los últimos cofrades y los portadores del trono de la Santísima Virgen de la Piedad, que cierra la comitiva, todavía iniciaban su recorrido por la calle Real, dejando así constancia de que se está ante la procesión más larga de todas las de la Semana Santa Ferrolana.
Desde el Santuario de las Angustias salía a las 19.30 horas la comitiva de la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. La banda de cornetas, tambores y gaitas de la Hermandad encabezó un desfile en el que salieron a la calle cuatro tronos. El primero en aparecer fue el Jesús Nazareno tallado en 1953 por el artista local Guillermo Feal. Tras él, el Cristo de la Agonía y el Cristo Yacente cerró el desfile la imagen de Nuestra Señora de las Angustias. Recorrieron parte del barrio de Esteiro hasta llegar al centro de la ciudad para regresar por el paseo de Pablo Iglesias de nuevo a la capilla.
Caminar por los alrededores de la plaza de Amboage era prácticamente imposible a primera hora de la noche. Allí se agolpaban cientos de personas para ver la salida, a las 22.30 horas, de la procesión más larga y numerosa de todas las que se celebran en la Semana Santa Ferrolana, la del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Piedad, de la Cofradía de Dolores. Un desfile en el que participaron cerca de 1.800 cofrades, 7 pasos y 9 bandas de música y en el que la Hermandad estrenó la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo en su Prendimiento, realizada en madera de cedro y policromada al óleo por el imaginero sevillano, Fernando Murciano Abad. Además, el trono sobre el que procesionó también es nuevo. Se trata de un paso de color negro con cuatro capillas y todo ornamentado en plata sobredorada realizado en los talleres de Ramón Orovio de la Torre, en Ciudad Real. Otra de las novedades de esta procesión estuvo en el trono del Cristo Redentor que este año incluyó la imagen de San Juan Evangelista y la Virgen de la Amargura, que cambió su manto negro del Lunes Santo por uno morado.
Lo que no varió un año más fue el canto que la Brilat y todos los presentes rindieron al término de la procesión a la Virgen de la Piedad y al Cristo de la Misericordia, minutos antes de su recogida. En este momento fue cuando se vivieron los momentos más emotivos del desfile.
Además, y cumpliendo de nuevo con la tradición, ayer mientras la cabeza de la procesión empezaba a recogerse los últimos cofrades y los portadores del trono de la Santísima Virgen de la Piedad, que cierra la comitiva, todavía iniciaban su recorrido por la calle Real, dejando así constancia de que se está ante la procesión más larga de todas las de la Semana Santa Ferrolana.
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